Desodorante



Desodorante


Nuestra transpiración es un proceso fisiológico, nuestro cuerpo elimina toxinas y regula la temperatura corporal. Así, sudar es una función vital para nuestro cuerpo, casi tan importante como respirar. 

Nos empieza a preocupar cuando nos produce un olor fuerte, y entonces, lo intentamos neutralizar usando un desodorante.

Cuando iniciamos la búsqueda de un desodorante, nos encontramos con varios inconvenientes:

Alguno de los desodorantes del mercado, nos pueden provocar molestias, irritación, ardor…, esto es por su contenido de alcohol y demás sustancias químicas.
De hecho, encontrar un desodorante que esté libre de productos químicos (parabenos, aluminio, glicerina animal, petróleo, sulfatos, siliconas, fragancias artificiales…), puede ser un verdadero desafío.
Es más, encontrar un desodorante que realmente funcione es difícil. 

Por otra parte, con frecuencia las personas acumulamos resistencias a las sustancias químicas contenidas en los antitranspirantes, con lo que puede pasar que después de un tiempo nos dejen de funcionar. También pueden dejar manchas duras en la ropa.

Conviene saber que, al cambiar de antitranspirante a desodorante, tus glándulas y poros comenzarán a desobstruirse, a abrirse, y a funcionar adecuadamente. En este período de transición, toxinas y otros fluidos acumulados son liberados, y podrás notar que el mal olor corporal aumenta.  Este período de transición dura aproximadamente una semana

Pero no basta con usar un desodorante común, es importante usar un desodorante natural

Podemos partir de un principio simple para facilitarnos la vida: si no conoces los ingredientes, evítalos y busca soluciones más naturales…
Toma un bote cualquiera de desodorante y dale la vuelta: butano, isobutano, propano, trietil citrato, propilenglicol, etilhexilglicerina, benzylheptanol, tetraclorohidrex … 
¡Basta! ¡No es bueno para nuestra piel! 

Como contrapartida, tenemos a nuestra disposición materias primas 100% naturales, sumamente efectivas, para eliminar de forma natural las bacterias, presentes en el sudor y causantes del mal olor
Minerales naturales antibacterianos perfectos para la piel sensible, (Arcilla blanca, sustancia natural y viva, drenante, y con gran poder de absorción, bicarbonato de sodio, el mejor desodorante natural que existe o el polvo de alumbre, que evita la proliferación de las bacterias que causan el mal olor y además regula la transpiración …etc).
Mantecas como el Cacao o el Coco (exfoliante, anti-bacteriano, antihongos y anti-microbiano), el Gel de Aloe vera (antibacteriano. antioxidante, limpia y calma)
Aceites esenciales como: ciprés, geranio, Lavanda o Lima… aportan una sensación de frescor mitigando el olor corporal y respetando la piel.


Elegir bien la ropa (amplia y de tejidos naturales), nos ayudará a controlar el flujo de la transpiración
Perder peso o hacer ejercicio físico de forma más regular, también disminuye y regula la sudoración. 

Nuestro cuerpo es nuestro templo, intentemos comprenderlo y respetarlo.
Es importante no agredirlo, no intentar controlarlo, o doblegarlo a nuestra voluntad.